Caída del pie
Paresia del músculo tibial anterior / parálisis del músculo tibial anterior

El pie caído es una afección en la que el pie ya no puede apoyarse en el suelo de forma controlada al caminar. El pie cae, por así decirlo, después de que el talón haya hecho contacto con el suelo. O el pie ya no puede levantarse en absoluto y "se arrastra" por el suelo. Ya no hay control porque los músculos de la parte inferior de la pierna están debilitados o fallan por completo debido a un problema con el nervio.

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El pie caído también se llama paresia del músculo tibial anterior o parálisis del músculo tibial anterior.

Descripción de la afección

El pie caído se caracteriza por la pérdida de función de los músculos que levantan el pie, los llamados músculo tibial anterior. Debido a que los músculos tibiales anteriores se han debilitado, ya no pueden controlar la transición del talón a la punta del pie. O el pie ya no puede levantarse en su totalidad, de modo que el pie se arrastra por el suelo.

Los músculos encargados de levantar el pie son:

  • Músculo tibial anterior.
  • Músculo extensor largo del dedo gordo.
  • Músculo extensor largo de los dedos.


Estos músculos los controla el mismo nervio, el nervio peroneo común. Cuando se produce un daño o un atrapamiento en algún punto del recorrido del nervio, existe la posibilidad de que los músculos dejen de funcionar correctamente.

Los nervios se originan en la médula ósea. El nervio peroneo común se origina en el nervio ciático de la pierna. Este se compone de nervios procedentes de las cinco vértebras inferiores. El nervio ciático discurre por la parte posterior de la cadera, a través de la parte posterior de la rodilla, hacia la parte inferior de la pierna. El nervio peroneo común se divide en dos ramas más pequeñas en la parte inferior de la pierna.

Causa y origen

La presión sobre el nervio peroneo puede desarrollarse como resultado de un traumatismo agudo, pero también puede producirse una aparición más gradual. Puede producirse un traumatismo si el nervio se somete repentinamente a mucha fuerza de tracción, compresión o desplazamiento, como en un esguince de tobillo . Si los síntomas se desarrollan gradualmente, esto puede deberse a una presión persistente sobre el nervio o a una enfermedad sistémica como la diabetes (diabetes). La causa más frecuente se encuentra en la zona de la cabeza del peroné, en la parte exterior de la rodilla. Aquí es donde el nervio pasa por detrás de la cabeza del peroné. La presión sobre el nervio puede desarrollarse aquí debido a la fijación muscular, pero también después de sentarse frecuentemente con las piernas cruzadas. De hecho, el nervio puede quedar atrapado en toda su longitud.
El pie caído también suele estar causado por una hernia . El pie caído es el resultado de la presión sobre el nervio de la columna vertebral.

Signos y síntomas

Un pinzamiento nervioso suele seguir un patrón fijo con características claras de pérdida de la función motora (muscular) y sensorial (sensitiva).

En caso de pie caído, los principales síntomas son:

  • Incapacidad para levantar el antepié.
  • Falta de control o disminución de la fuerza de los músculos de la parte inferior de la pierna.
  • Deterioro de la marcha.


Estos son los síntomas que se aprecian inmediatamente. Además, hay otros síntomas que ayudan a remontarse al lugar donde se pinza el nervio:

  • Debilidad muscular en los músculos de la cadera.
  • Debilidad muscular en los flexores de la rodilla.
  • Debilidad muscular en los músculos tibiales anteriores.
  • Debilidad muscular en los extensores de los dedos de los pies.
  • Incapacidad para caminar en tacones.


Además, puede haber trastornos sensoriales al tocar la piel. O la sensación está completamente ausente en ciertos lugares de la pierna:

  • Cara lateral del muslo.
  • Lateral de la parte inferior de la pierna.
  • En la parte superior del pie.
  • Interior del pie.
  • Entre el primer y el segundo dedo del pie.

Diagnóstico

El diagnóstico de pie caído suele ser fácil de realizar, teniendo en cuenta el cambio en el patrón de la forma de andar y la disminución de la fuerza de los músculos tibiales anteriores. Es más difícil encontrar la causa del pie caído. Esto se debe al gran solapamiento de dolencias en la zona de inervación.

Para obtener más información sobre el problema, es muy importante realizar una entrevista. Las molestias como el dolor de espalda, la posible causa y el curso de las molestias son importantes para un diagnóstico correcto.

A continuación, se realizará una exploración física. Se trata de averiguar qué músculos están debilitados y dónde se producen cambios sensoriales. También se comprobarán los reflejos en caso de que se sospeche que el pie está caído por una causa que provenga de la columna vertebral.

En caso de duda, o con fines de verificación, la localización del pinzamiento puede examinarse con una EMG (prueba de conducción nerviosa). Si se sospecha que la compresión está causada por un trastorno óseo o se origina en la espalda, puede ser necesario realizar una resonancia magnética MRI para confirmarlo.

Tratamiento

El tratamiento suele ser conservador, es decir, sin cirugía. Solo en caso de compresión debido a trastornos óseos u otros pinzamientos estructurales, la cirugía puede ser una solución. Entonces se elimina la compresión.

El fisioterapeuta suele apoyar a los pacientes con estos síntomas, aunque no suele ser necesario acudir al fisioterapeuta con frecuencia. Los progresos pueden controlarse bien utilizando ejercicios específicos y comprobando regularmente la fuerza muscular. El pie caído suele recuperarse en pocos meses, pero la recuperación también puede durar hasta un año. Si el fisioterapeuta no observa ninguna progresión en este periodo, o si empeora, será necesario un nuevo examen. Además de la fisioterapia, otras posibilidades son unas plantillas a medida o una ortesis.

El tratamiento del pie caído que tiene su origen en la columna vertebral consiste principalmente en tratar la columna vertebral.

Ejercicios


Puede comprobar sus síntomas mediante el reconocimiento fisioterapéutico en línea o pedir cita en una consulta de fisioterapia de su zona.

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Referencias
Haveman, J.W. & Blomme, A.M. (2009). Beknelling van de N. peroneus superficialis. Een karakteristiek klachtenpatroon. Ned. Tijdschr. Geneesk. 2009;153:B268; Isala klinieken, afd. Chirurgie, Zwolle.
Krishnamurthy, S. & Ibrahim, M. (2019). Tendon Transfers in Foot Drop. Indian J Plast Surg. 2019 Jan; 52(1): 100–108.
Magee, D.J., Zachazewski, J.E., Quillen, W.S., Manske, R.C. (2016). Pathology and intervention in musculoskeletal rehabilitation. Elsevier, 2nd edition.

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