Dedo en gatillo Tenosinovitis estenosante / dedo en resorte

El dedo en gatillo es una afección en la que resulta difícil extender el dedo y éste se desbloquea con un chasquido. Esta afección está causada por un engrosamiento localizado del tendón que se desliza por un estrecho túnel de la mano.

Si el pulgar está afectado, lo llamamos pulgar en gatillo.

Los tendones que flexionan los dedos están situados en la parte anterior de la mano. Atraviesan pequeños túneles llamados "poleas". Las poleas garantizan que el tendón permanezca en su posición y que las fuerzas se transmitan como si se tratara de un bloque de poleas.

Si se forma un engrosamiento localizado (una protuberancia) en el tendón flexor, es posible que esta protuberancia no quepa por el túnel. Esto hace que el dedo se "bloquee", sobre todo al extenderlo. En dichas situaciones, el tendón flexor es arrastrado hacia las puntas de los dedos como una cuerda, lo que significa que la protuberancia tiene que pasar por el túnel. Hay cierta resistencia inicial y luego atraviesa el túnel de una sola vez.

El problema se encuentra casi siempre en el túnel situado justo debajo de la base del dedo. Sin embargo, el paciente tiene la sensación de que los síntomas se producen más arriba, porque el tendón mueve las articulaciones de los dedos situadas más arriba.

El dedo en gatillo es más frecuente en las mujeres. Es más frecuente en la categoría de edad de 40 a 70 años y en niños menores de 6 años.

El síntoma suele comenzar con una sensación molesta o dolorosa justo debajo de la base del dedo. Luego, el movimiento normal y suave del tendón flexor se inhibe cuando la persona flexiona o extiende el dedo. El tendón engrosado que es arrastrado a través de la polea causa dolor y da lugar al típico efecto del dedo en gatillo.

La zona también se inflama más, porque el tendón se pinza en la polea. Esto, a su vez, provoca una inflamación adicional, haciendo que el tendón se mueva a través de la polea con una dificultad aún mayor. Esto crea un círculo vicioso.

Por lo general, el diagnóstico es bastante sencillo, ya que esta afección presenta síntomas muy característicos. Después de una entrevista y un examen físico de la mano, normalmente queda claro si se trata de un dedo en gatillo. El médico o fisioterapeuta palpa donde se traba el tendón y pide al paciente que doble y estire activamente el dedo. No se necesita investigación adicional.

Si los síntomas se han desarrollado muy recientemente, primero se planteará un periodo de espera. Si no se produce mejoría, se podría considerar la administración de una inyección de corticosteroides (antiinflamatorios). El resultado es una mejoría en la mayoría de los casos. Si esto tampoco proporciona alivio, la polea puede hendirse quirúrgicamente para que el tendón pueda volver a moverse sin problemas.

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